sábado, 25 de enero de 2020

El Gran Nivelador.

En esta obra, escrita por Walter Scheidel, el autor habla sobre la desigualdad económica a lo largo de la historia, desde la Edad de Piedra hasta la actualidad. Para ello, el autor explica la presencia de "cuatro grandes jinetes del igualitarismo”, que son las guerras, las revoluciones, la quiebra de los Estados y las plagas y epidemias. Según Scheidel, a pesar de la multitud de intentos que se han llevado a cabo para paliar los niveles de desigualdad, estos grandes jinetes han sido los únicos medios para reducir en grandes proporciones el índice de desigualdad. 

El autor explica que las guerras, el primero de los jinetes, provocan muchos destrozos, y que, al igual que hay una gran pérdida humana, hay una gran pérdida de capital y patrimonio, y al ser los ricos los únicos que disponen de ello, estos se empobrecen, lo que hace que se igualen ricos y pobres. Del mismo modo, los gastos en armamento también provocan estos efectos. Cabe destacar que el autor explica que las guerras que desembocan en estas consecuencias son las guerras a nivel mundial, y no las guerras civiles, que tienen menos efectos.

Respecto al segundo jinete, el autor se refiere a las revoluciones violentas, y explica que estas provocan un cambio completo en el régimen político y económico. Para ejemplificarlo utiliza el caso de la Revolución Francesa, la más importante según Scheidel, que trajo consigo enormes consecuencias como el fin del Antiguo Régimen, y con ello la eliminación de elementos como la servidumbre.

Para explicar el tercer jinete, la quiebra de los Estados, el autor aclara que el fracaso de un Estado significa la ruina de las élites y al contrario, provocando así la desaparición de la desigualdad. Scheidel confirma su teoría sobre el tercer jinete con lo que ocurrió en la dinastía Tang china.

El cuarto y último jinete del igualitarismo son las plagas y las epidemias, incluyéndose también las hambrunas. Scheidel explica que al morir un gran número de personas disminuye la mano de obra, lo que incita a que los trabajadores no cualificados exijan salarios más altos, provocando así que los ricos tengan que ceder ante estas peticiones. Si ocurre esto, los ricos empobrecerán al tener que pagar salarios más altos y los pobres enriquecerán al recibir más dinero, colocando a ambos grupos al mismo nivel, es decir, eliminando la desigualdad.

El autor estudia también otras formas de reducir la desigualdad que se han llevado a cabo a lo largo de la historia que no hayan costado un precio tan alto ni tanto sufrimiento humano, como las reformas agrarias, pero explica que estos métodos no han sido tan efectivos como "los cuatro jinetes del igualitarismo".

Para concluir, Scheidel dice que no sabe lo que deparará el futuro, pero que es necesaria la colaboración de todo el mundo y la implicación en este tema para que no vuelva a ocurrir nada de esto, que se considera un ciclo reiterado de desgracias.

Australia, en constante expansión.



Aunque la economía de Australia ha perdido impulso ante el auge de los riesgos globales y la desaceleración económica de China (donde van el 35% de las exportaciones australianas), esta isla acumula 28 años seguidos de expansión económica. Casi tres décadas en las que el PIB no ha sufrido dos contracciones trimestrales consecutivas han llevado a esta isla gigante a copar titulares en la prensa de medio mundo. Sin embargo, siendo cierto todo lo anterior, el dato tiene algo de trampa, porque estas etapas de crecimiento no siempre han significado una mejora de los estándares de vida de los australianos, simplemente han sido el reflejo de un aumento de la población. Si se analiza el PIB per cápita (el cacho de producción al que toca cada ciudadano de Australia), el país ha registrado tres recesiones desde 1991.


Es innegable que el crecimiento económico de Australia ha sido más que notable para ser una economía madura, desarrollada y que se encuentra cerca de la frontera tecnológica, pero una parte que ha contribuido con fuerza a esa expansión interminable ha sido el fuerte crecimiento de la población, un factor más habitual en economías menos desarrolladas. 
El PIB agregado puede aumentar por un incremento de la productividad total de los factores (producir más y mejor con los mismos factores de producción), pero también por un aumento constante de uno de esos factores, en este caso la población (factor trabajo). Un mayor número de personas trabajando suele desembocar en una mayor riqueza agregada, pero a la hora de repartir esa riqueza el nivel puede ser menor a pesar del crecimiento del PIB agregado. Por eso, el PIB per cápita es un indicador más fiable para conocer el nivel de vida de los ciudadanos.
Aunque Australia lleva 28 años sin sufrir una recesión tal y como viene definida en los manuales de macroeconomía, la economía oceánica se enfrenta a un aterrizaje de su economía que podría culminar con este ciclo expansivo eterno. La desaceleración de la economía china, un mercado inmobiliario que se enfría y la volatilidad de las materias primas están ralentizando el crecimiento en Australia.
La cifra interanual del crecimiento económico de Australia es la más baja desde septiembre de 2009, tras la crisis financiera internacional en la que el entonces gobierno laborista inyectó un multimillonario paquete de estímulo económico.El gobernador del Banco Australiano de la Reserva, Philip Lowe, ha advertido de que "el crecimiento económico en Australia en el primer semestre de este año ha sido más lento que lo esperado". Si este aterrizaje acabará en la primera recesión en décadas o no es algo que el tiempo dirá.

La Revolución Rusa.


La revolución rusa fue un movimiento político y social realizado por el pueblo ruso en contra del régimen imperial zarista, el cual gobernaba el país en aquel entonces.
Comenzó en marzo de 1917 y finalizó en noviembre de ese mismo año, a partir de una serie de acontecimientos que llevaron a derrotar el gobierno vigente y dieron comienzo a uno nuevo, un gobierno con políticas comunistas y socialistas que estaba al mando de Vladimir Lenin y su partido bolchevique, y el cual luego conformaría la Unión Soviética.
Personajes de la Revolución Rusa.
Las principales causas por las que se llevó a cabo la Revolución rusa fueron las siguientes:
·       Mientras los demás países de Europa se modernizaban gracias a la Revolución industrial, Rusia no lo hacía ya que sostenía un sistema económico basado en el monopolio de tierras, nobleza y aristocracia, el cual desfavorecía la economía local y asentaba la diferencia de clases.
·       La diferencia entre clases generó que la población se encontrara descontenta con el gobierno del zar Nicolás II.
·       El hecho de que se permitiera entrar capital extranjero a Rusia, el cual era dominado por los centros productivos, causó revueltos y protestas.
·       La economía del país se encontraba paralizada y estancada, lo que generaba mucha escasez, pobreza y miseria.
·       El pueblo se encontraba sometido a un régimen dictatorial que tenía el poder absoluto e imponía fuertes prácticas gobernantes, por ejemplo, el exigir la religión católica ortodoxa a todos los habitantes.
Consecuencias
Las consecuencias provocadas por la Revolución rusa fueron las siguientes:
·       Se dio lugar a un cambio social, político y cultural que marcó un antes y un después en Rusia.
·       Se logró derrocar al régimen imperial zarista y, así, se impuso el primer Estado socialista del mundo bajo el mandato de Vladimir Lenin y su gobierno bolchevique.
·       En 1922 surgió la Unión Soviética, la cual tendría un gran poder a nivel mundial hasta su disolución en 1991.
·       Si bien se logró destituir al gobierno absolutista, comenzó un período en el que se reprimía a cualquier persona que estuviese en contra del gobierno comunista.
·       Las religiones se vieron debilitadas ya que se prohibió profesar cualquier religión y se incitó el ateísmo.
Etapas de la revolución rusa
La Revolución rusa comprende 2 etapas fundamentales: la revolución de febrero y la revolución de octubre.

Ocurrida en febrero de 1917, los mencheviques llevaron a cabo una revolución que provocó la caída del gobierno del Zar Nicolás II, dando así un inicio a la Rusia comunista por parte de los trabajadores.
Los mencheviques pusieron a cargo de la presidencia de la República a Alejandro Kerensky, quien sería luego derrocado al perder popularidad por no haber realizado reformas económicas favorables y por tener la intención de continuar con guerras estipuladas por el gobierno anterior.

Para octubre de 1917, debido a que las elecciones acordadas por Kerensky nombraron a Kornilov como jefe de ejército, este ingeniosamente planteó una rebelión en septiembre y, así, en octubre se introdujo un nuevo gobierno revolucionario.
Este nuevo gobierno revolucionario, conocido como la verdadera revolución comunista, estuvo al mando de los denominados bolcheviques, dirigidos por Vladimir Lenin, el cual se impuso por sobre el gobierno provisional y se quedó con la presidencia.