Aunque la economía de Australia ha perdido impulso
ante el auge de los riesgos globales y la desaceleración económica de China (donde van el 35% de
las exportaciones australianas), esta isla acumula 28 años seguidos de
expansión económica. Casi tres décadas en las que el PIB no ha sufrido dos
contracciones trimestrales consecutivas han llevado a esta isla gigante a copar
titulares en la prensa de medio mundo. Sin embargo, siendo cierto todo lo
anterior, el dato tiene algo de trampa, porque estas etapas de crecimiento no
siempre han significado una mejora de los estándares de vida de los
australianos, simplemente han sido el reflejo de un aumento de la población. Si
se analiza el PIB per cápita (el cacho de producción al que toca cada ciudadano
de Australia), el país ha registrado tres recesiones desde 1991.
Es
innegable que el crecimiento económico de Australia ha sido más que notable
para ser una economía madura, desarrollada y que se encuentra cerca de la
frontera tecnológica, pero una parte que ha contribuido con fuerza a esa
expansión interminable ha sido el fuerte crecimiento de la población, un factor
más habitual en economías menos desarrolladas.
El
PIB agregado puede aumentar por un incremento de la productividad total de los
factores (producir más y mejor con los mismos factores de producción), pero
también por un aumento constante de uno de esos factores, en este caso la
población (factor trabajo). Un mayor
número de personas trabajando suele desembocar en una mayor riqueza agregada,
pero a la hora de repartir esa riqueza el nivel puede ser menor a pesar del
crecimiento del PIB agregado. Por eso, el PIB per cápita es un indicador más fiable para conocer
el nivel de vida de los ciudadanos.
Aunque Australia lleva 28 años sin
sufrir una recesión tal y como viene definida en los manuales de macroeconomía,
la economía oceánica se enfrenta a un aterrizaje de su economía que podría
culminar con este ciclo expansivo eterno. La desaceleración de la
economía china, un mercado inmobiliario que se enfría y la volatilidad de las
materias primas están ralentizando el crecimiento en Australia.
La cifra interanual del crecimiento económico de
Australia es la más baja desde septiembre de 2009, tras la crisis financiera
internacional en la que el entonces gobierno laborista inyectó un
multimillonario paquete de estímulo económico.El gobernador del Banco Australiano de la
Reserva, Philip Lowe, ha advertido de que "el crecimiento económico en
Australia en el primer semestre de este año ha sido más lento que lo
esperado". Si este aterrizaje acabará en la primera recesión en décadas o
no es algo que el tiempo dirá.
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